Con los ojos cerrados y en estado de relajación, debemos concentrarnos en prestar atención consciente a las impresiones que recibimos a través del oído y el olfato, y relacionarlas con nuestras sensaciones internas. Practicar a menudo este ejercicio desarrolla nuestras capacidades intuitivas, ya que, en la vida diaria, el sentido de la vista domina sobre los demás. Al concentrarnos en el oído y el olfato, ampliamos nuestras capacidades perceptivas.
Fuente: revistapredicciones.cl
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