La música evoluciona hacia lo pop

Si quisiéramos ver el mundo de una forma evolucionista, al estilo de Charles Darwin, donde lo que mejor se adapta sobrevive y lo que no lo hace perece, podríamos sacar un sinfín de conclusiones sobre la vida misma.
Un estudio basado en esta corriente científica obtuvo resultados destacables sobre la evolución de la música en relación con los gustos de los usuarios, según el cual la música pop parece ser el camino de la evolución.

Evolucionismo de Charles Darwin

Entre las principales teorías de Charles Darwin se encuentra la evolución de las especies, que plantea que los individuos que mejor se adaptan al cambio sobreviven mientras que los que menos herramientas tienen para adaptarse dejan de existir.

Este concepto, además de aplicarse a los seres vivos puede ser trasladado y aplicado a otros casos, ya que en todos los ámbitos de la vida hay cierta selección y algunos elementos se fusionan, otros evolucionan y otros simplemente dejan de existir.

Evolución de la música

Un nuevo experimento llevado a cabo en internet donde participaron más de 7000 usuarios logró formular la hipótesis de que desde el punto de vista darwiniano la música evoluciona hacia sonidos provenientes de lo comúnmente llamado "pop".

Este experimento fue sencillo pero efectivo. En internet se subieron fragmentos de sonidos de 8 segundos y la misión de los usuarios era catalogarlos con ciertos parámetros que iban desdes “lo amo” hasta “no puedo soportarlo”.

Los sonidos más y mejor votados fueron mezclándose entre sí creando nuevas melodías que volvieron a ser votadas. Mientras que los menos votados fueron dejados en el camino.

Estos sonidos pasaron de ser simples sonidos a música compleja de la mano de estos miles de usuarios.

Se sabe que un humano puede crear música hermosa, pero la prueba de este experimento era comprobar si también se puede crear música de un modo más darwiniano, de una forma colectiva.

Además de demostrar esto se comprobó que los sonidos que se generaron seguían la línea de lo que cotidianamente llamamos “pop”, planteando así la hipótesis de que el sonido pop está dentro de todos nosotros.