16 jul 2012

Los Rods, Las serpientes voladoras de otras dimensiones


Es increible que haya una especie animal que habiendo convivido con nosotros en todas las latitudes a todo lo largo de la Historia sólo pudo ser vista hace apenas unos años cuando un productor cinematográfico se interesó por unas misteriosas manchitas que se desplazaban a enorme velocidad frente a las cámaras.

Y no estamos hablando de un animal microscópico, ni tampoco de una especie que viva en las profundidades oceánicas o en las cavernas heladas de las cumbres de las más altas montañas, ¡NO!, estamos frente a un ser de dimensiones perfectamente visibles (generalmente de 10 a 20 cm) pero que por la velocidad a que se desplaza no lo podemos ver. 


La existencia real de los RODS ya ha sido demostrada aun cuando ninguno de ellos ha podido ser capturado para su estudio científico. Estos misteriosos animales cuyas dimensiones pueden ir desde apenas unos centímetros hasta (según muchos suponen) varios metros fueron descubiertos por casualidad. 

Hasta el momento de su descubrimiento nadie sospechaba de su presencia alrededor de nosotros; sin embargo una vez que se produjeron las primeras noticias de su existencia ha habido un verdadero alud de reportes, la mayoría de los cuales han pasado todas las pruebas de veracidad que, en nuestros dias significa el análisis computarizado cuadro a cuadro de cada filmación. 

José Escamilla se había codeado con los investigadores de fenómenos extraños y misteriosos desde que el 5 de marzo de 1994 había logrado filmar un OVNI durante 16 minutos a plena luz del dia encontrándose a unas 9 millas al sur de Roswell en Nuevo México (USA). Un año después, en 1995, el Sr. José Escamilla trabajaba como productor de cine y al revisar escenas filmadas en exteriores se disgusto mucho al observar manchas que cruzaban la escena. Pensó que podia tratarse de imperfecciones de la cinta de video, sin embargo su curiosidad lo llevó más allá porque las "manchas" parecían corresponderse a algún animal, quizas un pájaro pequeño o hasta insectos que pasaban frente al lente, sin embargo durante la toma nadie pudo ver ave alguna cruzando entre los actores y la cámara ni hubo camarógrafo que se quejara de insectos. 

Por esta razón e impregnado por una gran curiosidad José Escamilla quiso analizar cuadro a cuadro el video a ver si descubría qué era lo que estaba provocando aquellas manchas huidizas que "ensuciaban" la filmación. Lo primero que comprobó fue la incredible velocidad de desplazamiento de las manchas; a tan alta velocidad -reflexionó- deben pasar inadvertidas ante el ojo humano. Tal fue su curiosidad que buscó en los archivos de su compañia cinematográfica casetes de video conteniendo tomas de escenas grabadas en exteriores de otras novelas, y cuál no sería su sorpresa al comprobar que las manchitas fantasmales también estaban en otras muchas cintas. 


No conforme con eso Escamilla logró, valiéndose de amigos y antiguos compañeros de trabajo, tener en su mano vídeos de escenas en exteriores provenientes de 28 estados diferentes de los Estados Unidos. Escamilla chequeó cuidadosamente todas las cintas que le llegaron, y en la gran mayoría de ellas pudo encontrar también las veloces manchas desplazandose a una velocidad vertiginosa.

Referencia: veritas-boss.blogspot.com.es

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